Parafraseando al neurobiólogo Robert Sapolsky:

“La ansiedad es como una sensación de inquietud, de malestar, de arenas que se mueven de forma constante y amenazadora bajo nuestros pies, donde la alerta constante es la única esperanza de protegernos de forma eficaz”
«¿Por qué las cebras no tienen úlcera?, Robert Sapolsky
Esta sensación o estado de alerta y la consecuente necesidad imperiosa de escapar de ese agente amenazante que pone en peligro nuestra supervivencia, es provocada por la ancestral emoción básica de miedo.
Siendo esta misma emoción además, la que provoca en el cuerpo toda una serie de reacciones físicas y psíquicas que dan inicio a la maravillosa, milenaria, natural y adaptativa respuesta fisiológica y psicológica de estrés, responsable de que podamos superar esa situación amenazante, y de este modo, preservar nuestra especie.
Sin embargo, la ansiedad a diferencia del miedo, tiene que ver más con la amenaza, el presagio y el poder de arrastre de nuestra imaginación, es decir, la ansiedad se basa en una distorsión cognitiva en la que sobreestiman los riesgos y la probabilidad de un resultado negativo.
Generalmente, los trastornos de ansiedad están asociados con una respuesta de estrés crónica que sobrelleva una excesiva activación del sistema nervioso simpático y una abundancia de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) en circulación. Una respuesta totalmente inadaptativa en la que el cuerpo no ha tenido la oportunidad de superar el agente estresante y como consecuencia, recuperar su equilibrio u homeostasis corporal.
En animales, es importante identificar los signos que acompañan al estrés crónico y a la ansiedad, ya que muchos de los síntomas provocados por la ansiedad van a estar relacionados con las consecuencias fisiológicas. Mientras que algunos de estos signos pueden ser confusos, otros son inequívocos: jadeos rápidos, falta de atención y concentración, almohadillas sudorosas, bostezar, hiperactividad, mayor frecuencia de micción (poliuria) y defecación, micciones inadecuadas, vómitos, diarreas, estirarse, sacudirse, confusión, automutilación, acicalamiento excesivo, trastornos en los patrones de sueño, problemas cutáneos, inmunodepresión, agresividad, temblor, conductas de desplazamiento, estereotipias, vocalizaciones excesivas, cambios en el apetito, etc.
Por otro lado, y para poder entender mejor de qué manera actúan los diferentes compuestos bioquímicos que contienen los aceites esenciales sobre el sistema nervioso y el control de la ansiedad, vamos a exponer unos conceptos básicos de neurofisiología. Para ello, comenzaremos hablando de la principal unidad funcional del sistema nervioso, la neurona.

Las neuronas no se presentan de manera aislada sino que están interconectadas dentro de circuitos o rutas neurales con funciones específicas.
Desde el punto de vista anatómico constan de 4 regiones: las dendritas, el cuerpo celular o soma, el axón y las terminales presinápticas del axón o botón terminal.
Las dendritas, reciben las señales de otras neuronas y actúan sobre proteínas receptoras especializadas: los receptores.
El axón, es la unidad conductora de la neurona y transmite el impulso eléctrico a la terminal presináptica. Cerca del extremo, los axones se ramifican en terminales presinápticas que cuando reciben un potencial de acción transmiten señales químicas a la célula adyacente, este lugar de contacto se denomina sinapsis, y está formado por la terminal presináptica de una célula (célula presináptica de la que parte el impulso), la superficie receptora de la célula adyacente (célula postsináptica, la que recibe el impulso) y el espacio entre ambas o hendidura sináptica.
Es decir, se entiende por sinapsis a la comunicación entre neuronas o una neurona y una célula muscular.
Podemos diferenciar dos tipos de sinapsis, la química y la eléctrica, en esta última no intervienen neurotransmisores, de los que hablaremos más adelante, luego a nosotros nos va a interesar la sinapsis química que es además la que más predomina entre los animales vertebrados.

Por otro lado, las terminaciones presinápticas contienen unas vesículas llenas de neurotransmisores que serán liberados en la hendidura sináptica y van a enviar diferentes mensajes al unirse a los receptores específicos presentes en la membrana de la célula postsináptica.
Existen diferentes tipos de neurotransmisores con diversas funciones, nosotros nos centraremos en los neurotransmisores asociados a los estados de humor y los trastornos de ansiedad y veremos, cómo determinados compuestos bioquímicos contenidos en los aceites esenciales pueden llegar a modularlos.

La serotonina (5-HT), comúnmente conocida como el neurotransmisor de la felicidad. Niveles bajos se asocian a la ansiedad, depresión, obsesión, irritabilidad, dificultad de aprendizaje, disminución del control de los impulsos (impulsividad), hipervigilancia, bulimia, granuloma por lamido, etc.
Además de su relación con el estado de ánimo desempeña distintas funciones dentro del organismo: control de la temperatura corporal, modulación del dolor, el deseo sexual, el aprendizaje o en la regulación del ciclo sueño-vigilia (favorece la producción de melatonina).
“La influencia de la serotonina en tendencias agresivas se remonta muy atrás en la evolución de la vida. Estudios realizados en una gran variedad de especies, desde crustáceos hasta seres humanos, pasando por peces, lagartos, ratones, perros, primates no humanos, han mostrado básicamente los mismos resultados: la disminución de la actividad serotoninérgica lleva al aumento de comportamientos agresivos”

La dopamina está involucrada en la coordinación motora de ciertos movimientos musculares, la regulación de la memoria, los procesos cognitivos asociados al aprendizaje, la toma de decisiones, la atención, el refuerzo, el tiempo de reacción, está implicada en las conductas adictivas y es la causante de las sensaciones placenteras, impulsa al dinamismo, la vitalidad y está asociada a la motivación o curiosidad por las cosas de la vida.
Su déficit puede provocar incapacidad de aprendizaje, irritabilidad, ansiedad, la disminución de endorfinas y la falta de capacidad de disfrutar de la vida o anhedonia, siendo este último, un rasgo muy característico en animales con trastorno depresivo.

El GABA (ácido gamma-aminobutírico), actúa como mensajero inhibidor del sistema nervioso, es decir, frena la acción de los neurotransmisores excitatorios, contribuye al control motor, la visión y regula la ansiedad, entre otras funciones. Sus receptores son activados por las benzodiacepinas y niveles bajos pueden causar inestabilidad mental.
“El glutamato y el GABA se verifican y equilibran uno al otro a través de un complejo `proceso excitatorio-inhibitorio de homeostasis neural”
Lindsay 2000:94
Dependiendo de qué neurotransmisor sea liberado, las neuronas recibirán el siguiente nombre:
- Neuronas serotoninérgicas: transmiten serotonina (5-HT).
- Neuronas dopaminérgicas: transmiten dopamina.
- Neuronas GABAérgicas: transmiten GABA.
Otros dos conceptos importantes a tener en cuenta, para entender cómo funcionan los aceites esenciales y su bioactividad ansiolítica, son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la monoamino-oxidasa (IMAO).
Los ISRS incrementan los niveles de serotonina al inhibir su recaptación hacia la célula presináptica, esto provoca que aumente la cantidad de serotonina en la hendidura sináptica disponible para unirse al receptor postsináptico.
Por otro lado, los IMAO actúan bloqueando la acción de la enzima monoamino-oxidasa, enzima que degrada la dopamina.

Aceites esenciales, composición bioquímica y propiedades ansiolíticas
Como ya sabemos, los aceites esenciales son extractos botánicos altamente concentrados, volátiles, de naturaleza lipófila y biosintetizados por las plantas aromáticas.
Otro punto importante a tener en cuenta es que los aceites esenciales tienen un bajo peso molecular, lo que los hace capaces de atravesar las membranas celulares y proporcionar efectos farmacológicos en concentraciones nanomolares, similares a las drogas comerciales.
Este mismo hecho también les confiere una alta volatilidad, pudiendo ser captados con facilidad desde gran distancia a través del aire, “al igual que las feromonas de bajo peso molecular”, por las células olfativas presentes en la mucosa nasal.
Por otro lado, la cromatografía de gases-espectrometría de masas es una técnica que ha permitido obtener los diferentes componentes que forman los aceites esenciales, de manera cuantitativa y cualitativa, facilitando de este modo averiguar cuáles son los componentes activos en la plantas, sin olvidar que sus propiedades terapéuticas no se derivan de una única molécula aislada, sino de todo el conjunto de su perfil bioquímico, lo que se conoce como el «totum» del aceite esencial.
En cuanto a la calidad exigida a la hora de escoger un determinado aceite esencial de uso terapéutico, destinado tanto a animales como a animales humanos, resulta una tarea complicada al mismo tiempo que indispensable para alcanzar el éxito terapéutico. Así que, si deseas ampliar tus conocimientos sobre los criterios de calidad exigidos en un aceite esencial y no perder, tiempo y esfuerzo, en un producto cuyo potencial terapéutico brilla por su ausencia, te aconsejo que eches un vistazo a la siguiente entrada del blog: «La calidad tiene un precio»
Para enumerar los aceites esenciales, o bien, las moléculas aromáticas asociadas a su bioactividad en los trastornos de ansiedad se han consultado diferentes estudios científicos que respaldan su eficacia clínica y cuyas fuentes podéis encontrarlas al final del texto.

La lavanda angustifolia ha sido siempre la especie más utilizada en los diferentes estudios científicos por sus reputadas propiedades calmantes, equilibrantes del sistema nervioso y/o ansiolíticas.
Su bioactividad ansiolítica se asocia a la presencia de dos componentes: el linalol y el acetato de linalilo, un alcohol y un éster terpénico, respectivamente.
La cromatografía de diferentes muestras de lavandas señala que las concentraciones de linalol pueden variar entre 27-57%, y las de acetato de linalilo entre 4-35%.
Aunque la proporción de acetato de linalilo es mayor, se considera al linalol como el componente bioactivo primario, sin embargo, se ha de tener en cuenta que sus efectos farmacológicos se deben a la actuación conjunta de ambos componentes, incluida su actividad calmante y sedante.
Además, hay estudios que han llegado a la conclusión que no existe una relación entre el contenido de linalol de un aceite esencial y un efecto ansiolítico, sin embargo aceites esenciales que contenían ambas moléculas: linalol y acetato de linalilo, si mostraban la presencia de un efecto ansiolítico del linalol.
Los mecanismos de acción del aceite esencial de lavanda en el trastorno de ansiedad según estudios clínicos administrado vía oral, tópica (perfusión aromática) y respiratoria, (*) parece estar relacionado con:
*Leer entrada cómo atraviesan la piel los aceites esenciales.

- La inhibición de los canales de calcio (bloqueadores de los canales de calcio, BCC). Los antagonistas de calcio Ca2+ reducen la presión arterial al impedir que el calcio ingrese en las células del corazón y las arterias, consiguiendo que los vasos sanguíneos se relajen, incluso también pueden actuar reduciendo la frecuencia cardiaca.
- Acción sobre el sistema serotoninérgico. La transmisión serotoninergica desempeña un papel importante en el efecto ansiolítico del AE de lavanda, probablemente mediada por los receptores 5-HT1A.
- Otro mecanismo de acción puede estar mediado por el receptor 5-HT1A en áreas específicas a través de la reducción general de su expresión y potencial de unión (ISRS).
- Aumento del tono parasimpático (parasimpaticotónico). El AE de lavanda parece tener efectos sobre sistema nervioso parasimpático, ayudando a aliviar los síntomas somáticos de la ansiedad caracterizados por la excitación .
- Puede inhibir reversiblemente las corrientes inducidas por GABA, las interacciones del linalol con el sistema glutamatérgico y el receptor NMDA también han sido descritas. Pueden antagonizar el receptor NMDA e inhibir el SERT.
- La participación del complejo GABA/benzodiacepina es poco probable, su mecanismo de acción difiere al de las benzodiacepinas, es decir sin actividad GABA/benzodiacepina.
Otros aceites esenciales ansiolíticos y modo de acción
- Naranjo amargo y dulce, Citrus aurantium/Citrus.sinensis: vía oral, serotoninérgico (5-TH1A). La composición de las esencias es diferente en flores, hojas y cascaras.
- Limón: vía inhalatoria, serotoninergico (5-HT1A), GABAérgico (benzodiacepinas).
- Bergamota, Citrus bergamia: Gabaérgico.
- Citronela, Cymbopogom citratus: vía oral, GABAérgico (benzodiacepinas).
- Melisa, Melisssa officinalis: Inhibe irreversiblemente las corrientes inducidas por GABA.
- Valeriana, Valeriana officinalis: actividad sedante basada en los efectos sobre SNC.
- Ylang-ylang, Cananga odorata: serotoninergico y dopaminergico.
- Manzanilla romana, Chamaemelum nobile: efecto anti-adrenérgico.
- Mandarina, Citrus reticulata-fruto: simpaticolítico.
- Hierbaluisa, Lippia citriodora: antiadrenérgico (regula la suprarrenal excesiva), también eucalipto azul.
- Mejorana, Origanum majorana y jara, Cistus ladaniferus: parasimpaticotónicos.
- Valeriana, Valeriana officinalis, depresivo del SNC y miorelajante, disminuye la respiración y la actividad motora.
- Otros aceites esenciales con propiedades ansiolíticas: verbena exótica, jazmín, azahar, incienso, sándalo…
Algunas de las moléculas pertenecientes a distintas familias bioquímicas que podemos encontrar en los aceites esenciales y que les otorgan propiedades equilibrantes del sistema nervioso, calmantes, sedantes y/o relajantes son:
- Monoterpenoles (linalol, alfa-terpineol): lavandas, ravintsara, petitgrain, azahar, hierbaluisa.
- Aldehídos terpénicos (citrales, acción a través de neuromediadores y negativizantes): verbena, melisa, hierbaluisa, eucalipto azul, citronelas, lemongrass.
- Aldehídos aromáticos (cuminaldehído, a dosis bajas, a dosis altas estupefaciente): comino.
- Ésteres (acetatos: acetato de linalilo, acetato de geranilo. Antranilatos: N-metil-antranilato de metilo): lavandas, petitgrain, azahar, ylang-ylang, geranio, hierbaluisa, jazmín, mandarina, azahar (trazas)
- Cumarinas (poseen un tropismo nervioso, efecto sedativo mayor. Actúan por disminución de la excitabilidad refleja a nivel central. Bergapteno (bergamota), limettine (limón fruto, bergamota): bergamona, limón.
Propuesta de preparados calmantes y relajantes
Os propongo una propuesta muy básica y sencilla, apta tanto para perros como para gatos, que utilizaremos, tanto vía inhalatoria como vía tópica.
Preparados que además, actúan de manera bidireccional ayudando a inducir un estado de calma y relajación no sólo en el animal, sino también, en el animal humano, reforzando de este modo algo tan sagrado y bello como es el vínculo emocional animal-humano.
Vía inhalatoria en difusión atmosférica:
- 50% AE petitgrain mandarino (destilación hoja) o esencia de mandarina, Citrus reticulata
- 50% AE lavanda, Lavandula angustifolia

Para elaborar 10 ml del preparado:
- 5 ml AE petitgrain mandarino (destilación hoja) o esencia de mandarina, Citrus reticulata
- 5 ml AE lavanda, Lavandula angustifolia
Añadimos de 5-10 gotas para el perro y un máximo de 5 para el gato, en difusor de esencias por sonicación (ultrasonidos) en unos 150-200 ml de agua destilada.
Realizamos difusiones atmosféricas de unos 10-15 minutos 2 o 3 veces al día en una habitación pequeña.
También podemos utilizar para la difusión los hidrolatos análogos a los aceites esenciales.
*Es indispensable renovar con frecuencia el preparado y mantener una óptima higiene del aparato.
Vía tópica en perfusión aromática:
Preparado al 5% en aceite vegetal ligero:
- 2,5% AE petitgrain mandarino (destilación hoja) o esencia de mandarina, Citrus reticulata
- 2,55% AE lavanda, Lavandula angustifolia
- 95% aceite vegetal de sésamo o pepita de uva
Para elaborar 10 ml del preparado:
- 0,25 ml (6 gotas) AE petitgrain mandarino (destilación hoja) o esencia de mandarina, Citrus reticulata
- 0,25 ml (6 gotas) AE lavanda, Lavandula angustifolia
- 9,5 ml aceite vegetal de sésamo o pepita de uva
Introducimos en un frasco de cristal opaco con gotero.
Aplicamos de 3 a 6 gotas a lo largo de la columna del perro, dependiendo del tamaño, desde la cruz hasta la base de la cola, 1 a 2 veces al día.
En el caso del gato aplicamos un máximo de 3 gotas, en la cruz y en la parte posterior de la base de la oreja con la ayuda de un hisopo o bastoncillo.

Fuentes y bibliografía
- «Cuadernos de fitoaromaterapia veterinaria«. Susana Blanco
- “Neuropsicología canina”, James O’Haire
- «Fisiología veterinaria», Cunnigham
- Essential Oils and Their Constituents Targeting the GABAergic System and Sodium Channels as Treatment of Neurological Diseases
- Essential oil of lavender in anxiety disorders: Ready for prime time?
- A Systematic Review of the Anxiolytic-Like Effects of Essential Oils in Animal Models
- Exploring Pharmacological Mechanisms of Lavender (Lavandula angustifolia) Essential Oil on Central Nervous System Targets
- Anxiolytic-like effect of lavender essential oil inhalation in mice: Participation of serotonergic but not GABAA/benzodiazepine neurotransmission