
Esta tarde, mientras organizaba viejas fotos en carpetas y rememoraba momentos maravillosos con animales, he dado con esta foto: un preparado para un caballo al que hace ya bastante presté mi ayuda.
Sinceramente, ni siquiera recuerdo su nombre, ni el lugar dónde vivía, ni quién fue su cuidador, lo que si recuerdo, ¡y cómo olvidarlo!, es que le preparé un “hediondo” ungüento antifúngico para tratar unos hongos que le habían salido en la zona de los cascos (onicomicosis), infección bastante común en equinos y que, sin duda, comprometía su integridad y bienestar.

Y digo hediondo porque uno de los ingredientes que formaba parte del preparado, y del que además, dependían principalmente sus propiedades, era la añeja, viscosa y olorosa brea de enebro o aceite de cade, un extracto pirogenizado rectificado cuyo principal principio activo es el bencilo benzoato, antiséptico y antifúngico natural.

Ingrediente que junto al aceite de neem, con azadiractina como principal activo bioinsecticida y antifúngico, y con un hedor también bastante peculiar, le brindaban al preparado un aroma harto cuestionable.
Otro de los ingredientes que lo integraban era el vinagre de sidra, seguimos perjudicando su aroma, que al ser rico en ácido acético conseguimos alterar el gradiente del medio acidificándolo y haciéndolo incompatible con la vida del hongo.
Y cómo no, también encontramos en su fórmula aceites esenciales con propiedades antifúngicas, así que aprovecharé esta entrada del blog para hablar también de su bioactividad frente a los hongos.
Hoy en día se han llevado a cabo bastantes estudios concernientes a la actividad fungitóxica (fungiestática y fungicida) de ciertos aceites esenciales sobre la germinación, crecimiento y esporulación de hongos responsables de múltiples micosis.

Se ha constatado, según estudios invitro, que las células fúngicas patógenas se muestran sensibles a determinados compuestos presentes en los aceites esenciales, mostrándose muy sensibles sobre todo a los compuestos fenólicos, como el carvacrol, timol y eugenol, a ciertos monoterpenoles con una actividad comparable a la de los fenoles, en especial al geraniol, linalol, tuyanol y α-terpineol, así como a ciertas lactonas sesquiterpénicas y cetonas, como la verbenona, siendo capaz también de eliminar los filamentos miceliales producidos por los hongos incrustados en los pliegues mucosos.


¿Cómo actúan los aceites esenciales sobre los hongos?
Uno de los hongos más conocidos causante de la mayor parte de las micosis y sobre el que más estudios se han llevado a cabo es, la Candida albicans.
Se trata de un organismo unicelular provisto de una membrana y un núcleo. Su morfología es similar a las bacterias, luego, los mecanismos de acción antibacteriana de los aceites esenciales serán similares en ambos casos.
Los aceites esenciales, debido a su naturaleza lipófila, alteran la permeabilidad de la membrana bacteriana, así como de la pared celular del hongo, produciéndose cambios en su funcionamiento a causa de la variación del gradiente del pH del medio, inhibiéndose la respiración mitocondrial y la producción de energía (Carson C.F. 2.006).
La alteración de la membrana celular, y por lo tanto, su permeabilidad puede acarrear también pérdidas anormales de iones, incluso de macromoléculas, así por ejemplo según pruebas en laboratorio, el tratamiento de E.coli y S.aureus con aceite esencial de árbol del té (Melaleuca alternofolia) ocasiona la perdida de iones de potasio (K+) y la inhibición de su sistema respiratorio.
Otros estudios proponen una acción de los aceites esenciales al nivel de la membrana mitocondrial disminuyendo el potencial de membrana, lo que afecta al intercambio de iones de calcio Ca2+ e hidrógeno+, de ahí que se produzca la modificación del gradiente de pH.
Resultados obtenidos con aceites esenciales sobre hongos, son similares a los obtenidos con el uso de medicamentos clásicos, se inhibe el crecimiento celular interrumpiendo las vías normales de biosíntesis de ciertos esteroles, reduciendo también la síntesis de ergosterol.
(*) esterol mayoritario que forma parte de las membranas celulares de los microorganismos y que participa en su mantenimiento y estabilidad. Se encuentra en hongos como Saccharomyces y la Candida y es un objetivo importante de los fármacos antimicóticos.
Por otro lado, estudios publicados por el doctor P. Franchomme y D. Pénoël en su obra “L’aromaterapie exactement”, muestra que ciertos aceites esenciales ocasionan:
- Una lisis citoplasmatica objetiva con una pérdida de densidad de electrones y la presencia de numerosos restos de membrana.
- Un engrosamiento unilateral de la pared concominante con una accion a nivel de la membrana plasmática y su actividad de sintesis parietal, la cual disminuye.
En las siguientes fotomicrografías podemos observar la desestructuración celular de la Candida albicans frente al aceite esencial de niaulí (Melaleuca quinquenervia).

En el siguiente artículo del doctor K.A. Hammer et al. 1.998, titulado “In vitro activity of essential oils, in particular Melaleuca alternifolia oil and tee trea oils products, against Candida ssp.“, queda reflejado de nuevo, bajo la fiabilidad que reportan los estudios científicos, la actividad antifúngica de los aceites esenciales.
En la tabla 1, vemos la CMI (Cantidad Mínima Inhibitoria), de diferentes aceites esenciales sobre la Candida Albicans.
En la tabla 2, podemos comprobar cómo el aceite de árbol del té posee un amplio espectro de acción antifúngica, actuando sobre gérmenes como la Malassezia, el Microsporum canis o el Trychophyton, responsables de un gran número de afecciones cutáneas caninas y felinas.


Principales aceites esenciales antifúngicos
- Tomillo qt timol+++, Thymus vulgaris L. thymoliferum
- Palmarrosa+++, Cymbopogon martinii
- Palo de ho+++, Cinnamomum camphora
- Palo de rosa++, Aniba rosaedora
- Orégano+++,Origanum compactum
- Tomillo qt geraniol+++, Thymus vulgaris geraniol
- Clavo+++, Eugenia caryophyllus
- Árbol del té+++, Melaleuca alternifolia
- Canela Ceylan-corteza y hoja+++, Cinnamomum verum
- Canela china+++, Cinnamomum cassia
- Tomillo qt tuyanol+++, Thymus vulgaris tuyanol
- Niaulí++, Melaleuca quinquenervia (Candida++)
- Geranio++, Pelargonium x asperum
- Ajedrea, Satureja montana
Preparado fitoterápico adyuvante al tratamiento alopático
Para ello vamos a elaborar como galénica un linimento oleocalcáreo, una emulsión basada en una fórmula magistral centenaria cuyo pH alcalino va a evitar la proliferación de hongos y bacterias.
Fase oleosa:
- 10 % aceite de cade o brea de enebro
- 30 % aceite vegetal de neem
- 6 % cera abeja o candelilla
Fase acuosa:
- 10 % vinagre de manzana o sidra
- C.S.P 100 % agua de cal
Fase final:
- 2 % AE palmarosa o tomillo geraniol
- 2 % AE árbol del té
- 1 % AE orégano, ajedrea o clavo
- 1 % AE canela verum o cassia
- 0,1 % vitamina E (antioxidante)
- 1% extracto semilla de pomelo o 0,6% conservante Geogard
Modo de elaboración:

En primer lugar debemos seguir unas normas básicas de higiene que ayudará a prolongar la vida útil del preparado. Para ello, deberemos lavarnos las manos a conciencia, desinfectar el material, incluidos los envases y zona de trabajo con alcohol. Podemos utilizar un pulverizador.
- Fundimos los ingredientes de la fase oleosa al baño María, una vez fundida la cera retiramos del fuego.
- Incluimos también la fase acuosa en el baño María, sin embargo, mientras que la fase oleosa alcanzará una temperatura de unos 60º, temperatura a la que funden las ceras, la fase acuosa únicamente ha de estar ligeramente templada.
- Una vez retiradas del fuego, vertemos poco a poco la fase acuosa en la fase oleosa, al mismo tiempo que vamos batiendo enérgicamente con la ayuda de una minibatidora eléctrica o manualmente con una varilla, hasta conseguir una emulsión homogénea y consistente. Podemos introducir el recipiente en un bol de agua fría para acelerar el proceso.
- Por último, una vez emulsionado el preparado, añadimos el resto de ingredientes de la fase final, uno a uno, integrándolos con la varilla.
- Finalmente envasamos, a poder ser, en un recipiente de cristal. Mantenemos en un lugar fresco. Se puede conservar al menos durante 3 meses.
Modo de aplicación:
Agitamos antes de usar y lo aplicamos generosamente sobre la zona a tratar 2 a 3 veces al día.
Una vez desaparecidos los síntomas seguiremos aplicándolo durante 1 semana más.
También es aconsejable alejar al animal de la humedad y mantener los cascos limpios y secos en la medida de lo posible.
